Luego llegaron los CDs, aquellos los compraba en "pinchos" de 25 ó 50 CDs. Los Verbatim, eran los que me gustaban. Las grabaciones eran de mejor calidad, pero no tenían el encanto de la cinta.
Y finalmente llegó el mp3. Esto ya era lo mejor de lo mejor y todavía persiste, pero ha hecho estragos en el sector de la música, por la facilidad de copia y envío a otros. Sinceramente ahora, "gracias a la tecnología", podemos disfrutar de la canción que queramos en el momento y lugar que queramos, pero a este paso vamos a cargarnos a todos los músicos. No va a haber nadie que se quiera dedicar a la música y tendremos que vivir de los recuerdos musicales y de los recopilatorios maravillosos que nos hemos ido haciendo...

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